Breve historia del vino
Dudas razonables nos impiden saber si Adán fue tentado por una manzana o por una uva.
Sí sabemos, en cambio, que hubo vino en este mundo desde la Edad de Piedra, cuando las uvas ya fermentaban sin ayuda de nadie.
Antiguos cánticos chinos recetaban el vino para aliviar las dolencias de los tristes.
Los egipcios creían que el dios Horus tenía un ojo de sol y otro de luna, y el ojo de luna lloraba lágrimas de vino, que los vivos bebían para dormirse y los muertos para despertarse.
Una vid era el emblema del poder de Ciro, rey de los persas, y el vino regaba las fiestas de los griegos y de los romanos.
Para celebrar el amor humano, Jesús convirtió en vino el agua de seis tinajas. Fue su primer milagro.
Espejos: una historia casi universal, de Eduardo Galeano.

A continuación los preferidos de esta edición, fotos del álbum "Wines&Lovers" del Cuiner de les Emocions:


Parada obligatoria en Gratallops, en el inolvidable Irreductibles (restaurante de dos estrellas de la enología, Sara Pérez y René Barbier hijo); exquisita cocina y un maridaje excelente.
El Cuiner de les Emocions se concentra en la extensísima carta de calditos
Ésta soy yo en las puertas del paraíso
En homenaje a l@s que estan de vendimia y a los amig@s de LaCopa (búscanos en el facebook, LaCopa amics dels vins)
Ingredientes para el tartar
- Unos 6 higos
- Una bola de mozzarella
- Un puñadito de avellanas picadas (para el crocanti preparar un caramelo y antes de retirarlo del fuego añadir las avellanas)
- Menta fresca y nata líquida para decorar
Preparación
-Pelamos y cortamos a trocitos los higos, a continuación cortaremos a dados la mozzarella. Mezclaremos con cuidado para que no acabe todo triturado y reservamos.
Ingredientes para la gelatina de moscatel
- 100ml. de moscatel
- 6 hojas de gelatina
Preparación
Pensad en hacerla unas 4 horas antes de montar el plato
- Ponemos a remojar las 6 hojas de gelatina.
- En el micro calentamos el moscatel. Escurrimos las hojas de gelatina y las incorporamos en el moscatel calentito, removemos hasta deshacer bien. Vertemos en un recipiente plano y cuando se haya enfriado lo guardaremos en la nevera.
- Para montar el tartar me ayudé de un aro (la medida utilizada en este caso da para dos comesales), el cual iremos rellenando, sacamos despacito hacia arriba y ya lo tendremos. Coronamos con el crocanti de avellanas.
- Desmoldamos la gelatina y cortamos a daditos. Decoramos con ella. Para destacar los colores jugué con nata líquida haciéndole una base. El toque final lo pone la menta fresca, al no tener a mano tuve que poner unas hojillas de albahaca para la foto. Lo ideal es el aroma fresco de la menta para seguir con una cucharada de tartar y después un dadito de moscatel, que en gelatina recuerda el sabor del higo seco. El contraste de sabores y texturas es fantástico.
Espero que os guste. Ya me diréis si es un bocado deluxe ¡Jeje!
¡Besos para tod@s, corazones!
Ahí van directos para Cairns dos besos graaaandes, para mis cuores aventureros.