viernes, 19 de agosto de 2011

Resetear

"No conozco a nadie que en el fondo no se sienta inferior a su propio ordenador, que no ponga cara de idiota cuando sin saber por qué, de pronto el aparato se bloquea, el cursor deja de obedecer al ratón, la pantalla se apaga y todo el trabajo se pierde en el bosque informático poblado de malvados enanitos. A las radios, televisores y otros cacharros antiguos bastaba con darles un puñetazo para que volvieran a funcionar, pero frente a la rebeldía del ordenador no sirve de nada aporrear con odio el teclado. En este caso, según aconsejan los técnicos, la única solución consiste en resetear, esto es, en apagar e incluso endesenchufar por completo el sistema y en volverlo a encender para que todo empiece de nuevo. Pues bien, resetear es hoy una acción casi mística, que cada cual debería aplicar también a su propia vida cuando uno se siente muy mal, pero no sabe qué le pasa. Volver siempre al principio es una fórmula budista de absoluta actualidad. Cuando arrastrado por la corriente política, con los años te has vuelto en un tipo esquinado de extrema derecha con el pelo teñido de azabache,si te reseteas, puede que vuelva a emerger del pasado aquel chico solidario, ecologista, que quería librar al mundo de la injusticia universal. Cuando el tedio ha desactivado la pasión que sentías por un amante ya gastado, si te reseteas, puede que recuperes aquel novio nunca olvidado del todo o aparezca en el horizonte otro más joven, más guapo y más simpático. Cuando tu cuerpo con la edad se ha convertido en una ruina y no sin razón te crees amortizado para el sexo, si te reseteas, puede que seas aún más feliz dedicándote a la erudición y a cazar mariposas como Nabokov. Cuando uno era una hormiga petulante que creía que este planeta no corría ningún peligro con las centrales atómicas, si te reseteas, tal vez pensarás que la energía limpia se deriva de una inteligencia clara y entonces te harás un militante antinuclear. Cuando te duelen cosas que antes note dolían y tampoco sabes qué va a ser del mundo ni de ti en el futuro, vete a la cama. Uno se resetea todas las noches durante el sueño. El cerebro se apaga, pone en orden los cables y de ti depende encenderlo cada mañana para ver el sol en la ventana como si fuera la pantalla del ordenador de nuevo iluminada".

Manuel Vicent en El País del 13/o3/2011, Resetear

Después de estar unos meses reseteando, volvemos a la carga. Os traigo un pastel de mousse de atún, en la red encontaréis una amplia variedad de recetas, yo nunca tomé nota y siempre lo hacía a mi manera...



Con el tiempo me he dado cuenta que lo memorizo porque mi versión se resume a:
Ingredientes
- 3 latas pequeñas de atún
- 3 huevos
- 3 cucharadas soperas de tomate frito (si es casero mejor)
- 3 rebanadas de pan de molde sin corteza
- 1 lata de leche evaporada (utilizo la "Ideal" de Nestlé de 410g que encontraréis en Mercadona)
- pizquitilla de sal
- pizquitilla de pimienta
- gambitas y surimi para la presentación

Preparación
- Precalentamos el horno.
- En un recipiente desmigajamos las rebanadas de pan, incorporamos la leche, el atún escurrido, las cucharadas de tomate frito, los huevos, salpimentamos y a continuación le pasamos la túrmix. Reservamos.
- Untamos un molde con mantequilla (ideales son los moldes largos de aluminio de un solo uso) y vertemos la mezcla anterior.
- Introducimos el molde en el horno, en la bandeja dónde reposa le añadiremos agua y así lo coceremos al baño María, aproximadamente unos 30-35 minutos, a 180º, depende del horno, id pinchándolo y cuando la varilla salga limpia estará en su punto.

Una vez se ha enfriado lo guardamos en la nevera, se sirve bien fresquito. Lo podéis hacer de un día para otro y desmoldarlo justo antes de servirlo. Es un pastel rápido y fácil. En la mesa, presentado entero, es resultón. Acostumbro hacerlo como entrante acompañado de ensalada y tostadas de pan sueco, la combinación de texturas y el suave sabor hace que los invitados repitan y pidan la receta. Mi prima, Pili, hace meses que la espera, ains!



¡Os animo a que lo probéis entre chapuzones, cañitas y siestas interminables!
¡A disfrutar del verano, corazones! ¡Un fuerte abrazo!