viernes, 23 de abril de 2010

El Principito

El principito se fue a ver nuevamente las rosas.
-No sois en absoluto parecidas a mi rosa; no sois nada aún- les dijo-Nadie os ha domesticado y no habéis domesticado a nadie. Sois como mi zorro. No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo lo hice mi amigo y ahora es único en el mundo.
Y las rosas se sintieron molestas.
- Sois bellas, pero estáis vacías- continuó-. No se puede morir por vosotras. Sin duda que un transeúnte común creerá que mi rosa se os parece. Pero ella sola es más importante que todas vosotras, puesto que es ella la rosa que he regalado. Puesto que es ella la rosa que puse bajo un globo. Puesto que es ella la rosa que abrigué con el biombo. Puesto que es ella la rosa cuyas orugas maté (salvo las dos o tres que se hicieron mariposas). Puesto que es ella la rosa a la que escuché quejarse, o alabarse, o aun, algunas veces, callarse. Porque ella es mi rosa.


Y volvió hacia el zorro.
- Adiós- dijo.
- Adiós- dijo el zorro-. He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.
- Lo esencial es invisible a los ojos- repitió el principito, a fin de acordarse.
- El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan importante.
- El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa…- dijo el principito, a fin de acordarse.
- Los hombres han olvidado esta verdad- dijo el zorro-. Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa…
- Soy responsable de mi rosa…- repitió el principito, a fin de acordarse.

El Principito de Antoine de Saint-Exupéry.
(Final del capítulo XXI)

Esta lectura fue parte de un regalo, de un Sant Jordi inolvidable. Me regalaron una rosa que venía atada en un libro, El Principito con las acuarelas originales del autor, con un separador de páginas hecho con fotos del chico más guapo y estupendo que podía existir.
El separador descansaba en la página que os he copiado. Cada vez que lo releo me emociona.

Con los años te das cuenta de las personas que han sido o son importantes, las que son únicas entre los demás, únicas en el mundo para ti. Aquellas que te dejan huella porque te han aportado pequeños grandes tesoros de la vida. Es así que una se siente feliz y agradecida de haberse cruzado con ellas.

Hoy 23 de abril es un día que me gusta especialmente, parece que de repente la primavera se apodera de la calle, los libros y las rosas también. ¡Es una fiesta! Por un día nos olvidamos de los problemas cotidianos y las mugres de este siglo. Por eso, hoy he dedicido que es el día ideal para hacer un homenaje a tod@s aquell@s personas maravillosas, que quiero mucho. Esta entrada y este entrante es para vosotr@s: “Son de Mar”, que debe su nombre a una novela de Manuel Vicent que me fascinó.



Ingredientes
- gambas saladas
- mejillones
- pimiento rojo
- pimiento verde
- tomate
- cebolla
- aceite
- sal
- pimienta
- vinagre
- limón y perejil para decorar

Preparación
- Lavamos los mejillones y los colocamos en una olla con un dedo de agua, a fuego medio hasta que se abran.
- Picamos el pimiento rojo, el pimiento verde, el tomate y la cebolla. Podemos incorporar un huevo duro que enriquece el picadillo. Una vez tenemos todo bien picado aliñamos con sal, aceite, un chorrito de vinagre y pimienta al gusto.
- Cogemos la parte de la concha dónde se encuentra el mejillón y lo rellenamos con el picadillo.
- A continuación montamos el plato, utilizaremos unos palitos de brocheta para hacer el montadito con las gambas. Este lo pincharemos en medio limón para que se aguante, lo decoraremos con rodajitas de pimiento y limón (ver la foto). En el resto de la superficie del plato, como si de barcas se trataran, distribuiremos los mejillones rellenos.
Y ahora ya es cuestión de decidir si tomar una cerveza o abrir un albariño.

“Hay gente que con sólo decir una palabra enciende la ilusión y los rosales” (Hamlet Lima Quintana). ¡Vosotros!
¡Feliz fin de semana, corazones!

lunes, 12 de abril de 2010

Contigo fresas y mascarpone

Y llegamos a la tercera y última receta de la CocinaTerapia:
A las penas… ¡Mascarpone!
Si con el postre de naranja tuvisteis un flechazo, un amor a primera vista, permitirme la osadía: con este cremoso de fresa y mascarpone, que descubrí en Las comiditas de Cris, solo os puedo recomendar que tengáis una botella bien fría de cava y una buena banda sonora para acompañarlo.




Seguid la receta en el blog de Cris (pinchad encima del nombre la autora). ¡Gracias, Cris!

Antes de despedirnos quiero felicitar a Gemma por su más de un millón de visitas a La Cuina de casa y la nueva etapa en Cuina. Enhorabona! ¡Gracias por endulzarnos los días!

¡Feliz semana, corazones!

lunes, 5 de abril de 2010

Su media naranja

Leía en un artículo de la nueva revista de Eduard Punset que el amor no es ciego, a pesar de la insistencia de los poetas. Ante todo nos deslumbra la belleza y la juventud. ¡Como en la gastronomía! Comemos por la vista, te llama la atención, lo encuentras irresistible, no dudas en llevártelo a la boca, le hincas el diente, arrugas la cara como si jugo de limón se tratara y piensas “¿Pero esto qué es?”…Luego lo quieres arreglar, excusas tu cara diciendo tonterías, una detrás de la otra…Una vez más has caído en la tentación.
También nos pasa con las personas, pero no os preocupéis, en la entrada de hoy no voy a dar la lección magistral de cómo encontrar tu media naranja, acabaríamos tomándonos un tequila y sin dar con la receta mágica. Mejor os dejo con un postre de esos que entran por los ojos y que no os defraudará. ¡No puedes dejar de comer! Es el segundo postre de mascarpone de la trilogía de la CocinaTerapia: A las penas… ¡Mascarpone!



Ingredientes
- Naranjas, en función de los comensales, media naranja por persona.
- Mandarinas, cantidad a ojo. Va a gusto. Buscar la proporción de trocitos de mandarina y mascarpone.
- Queso mascarpone
- Azúcar
- Virutas de chocolate

Preparación
- Cogemos las naranjas, las cortamos por la mitad con la finalidad de hacer dos cuencos. En cada mitad haremos un corte al final de la naranja para que se nos aguante sin balancearse. A continuación las vaciamos y reservamos.


- Pelamos las mandarinas y sacamos todos los gajos, troceamos y dejamos limpios de cualquier hilillo. Reservamos.

- En un bol abocamos el mascarpone y le añadimos una o dos cucharaditas de azúcar, mezclamos y probamos con un gajo de mandarina, si nos gusta ya podemos continuar, incorporamos los gajos al mascarpone y rellenamos las mitades de naranja. Dejamos unos gajitos para la decoración y los acompañamos con alguna chuche de chocolate. ¡Y listo para disfutar!





En casa se quedaron mudos, a ver si vosotr@s me podéis contar.
Me despido con una foto de una de mis componentes o miembra de mi equipo de cocina, la señorita Mandolina, la que se encargó de hacer las láminas finas de mango en el anterior postre. Esta foto se la dedico a nuestro querido amigo Juan, de Cocina por afición. Nunca olvidéis ese ingrediente básico de la vida, el humor. ¡Gracias a tod@s por vuestros comentarios!



¡Un fuerte abrazo, corazones!